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Escrito por: Unknown 5/12/16

-No te alarmes humano, lo que quiero es solo algo pequeño, no te haré daño, así que pacientemente entrégame tu vida.

Una frase dicha sin la mínima pizca de malicia.

La voz tenía un tono despreocupado de parte de la persona que lo había dicho, como si fuese algo natural.

La mirada que tenía aquella figura le decía que esa frase iba con toda la seriedad posible, o por lo menos era lo que Alzreic lograba captar.

-No podría dártela incluso si lo que dices es verdad, después de todo es mi vida y solo tengo una.

El joven divagaba con sus palabras, estaba nervioso, no sabía qué hacer, aquella figura parecía amenazarle, pero estaba encantando por la voz que le hablaba, era tan placentera escucharla casi como si fuera una droga.

-Que mal, no quería lastimarte, así que tendré que tomar tu vida a la fuerza.

-No, para empezar no creo que puedas quitarme la vida sin lastimarme.

Las nubes oscuras en el cielo evitaban que pasara luz de luna, por lo que los movimientos causados por la figura que amenazaba al joven Alzreic no podían ser identificados, él odiaba esa situación, ya que era más problemática que la del cementerio.

Deslizó su cuerpo por debajo de la figura dejando así caer su cuerpo al suelo firme.

El aterrizaje brusco de Alzreic le dio una sacudida completa a su cuerpo dejando que quedara indefenso en ese corto periodo.

Parecía no importarle mucho el dolor y comenzó a correr hacia el fin del bosque, no tenía idea cuanto demoraría en salir, pero tenía la esperanza de salir con vida.

-No tiene caso que corras, de igual forma no servirá de nada.

La voz venia de la dirección hacia enfrente de él y con una considerable distancia, la expresión de Alzreic era de burla, no podía creer que su intento de escape sea destruido antes de siquiera estar fuera del rango.

Las nubes seguían jugueteando en el cielo, y poco a poco iban dejando que un poco de luz se asomara hacia el bosque, dejando así ver una figura femenina que permanecía con una pose llena de júbilo con una sonrisa inmutable.

Se burlaba de Alzreic al mismo tiempo que demostraba superioridad.

Él chasqueo la lengua como símbolo de irritación, se sentía humillado.

Era obvio, fue asaltado en la noche e incluso acorralado por una sola persona.
“Si tan solo tuviera mi espada” es lo que pensaba el joven, pero la figura frente a él sonrió maléficamente como si viera a través de él.

-Toma

La mujer arrojó frente a él la espada que anteriormente tenía cautiva.

-Veo que te sientes irritado, pero no hay problema, te puedo demostrar que incluso en una “pelea justa” destaco más que un pobre afortunado.

La mujer dio una risa de victoria incluso antes de luchar, ella tenía la fiel creencia de ya haber ganado, como si todo lo que hubiera hecho fuese seguir un simple instructivo de como respirar.

Alzreic se dio cuenta de su arrogancia, pero tampoco podía decir si su arrogancia nacía realmente de su verdadero potencial, que ella le supere podía ser cuestión de simple lógica.

Él se tiró sin cuidado mientras que al parecer ella había aterrizado de forma segura, esa simple acción le pudo ahorrar tiempo e incluso lograr más velocidad y distancia cuando saltó del árbol, era lo que pensaba que ella había hecho y que por eso parecía más apta para el combate que él.

Eso era sorpréndete dada las circunstancias, incluso un fuerte y muy bien entrenado guerrero no sería capaz de lograr tal hazaña, ella un veterano de elite en pocas palabras, ya que la altura aproximada era de 15m Alzreic lo sabía de antemano porque fue lo que sintió cuando lo escaló.

Al mismo tiempo él se sentía alegra ya que por pura suerte no se había fracturado ambas piernas, de lo contrario habría sido asesinado en ese mismo instante.

Con todo esto no podía negar fervientemente que ella podría ser excepcional.

Alzreic sentía calor por su cuerpo, especialmente en la zona baja, dicho de otra forma en la pelvis.

De alguna forma se sentía muy entusiasmado, pero no podía entender la razón del por qué su cuerpo actuaba de esa forma, no estaba en una situación en la cual sentirse así, era una batalla y al parecer su cuerpo le jugaba una mala broma.

Prontamente miró hacia donde estaba la mujer que lo humillaba, y se dio cuenta que la mujer se relamía los labios demostrando que se regocijaba de la situación actual.

Los ojos de esa mujer daban un resplandor amarillento, fue entonces cuando Alzreic reaccionó como todo un guerrero.

-Tu maldita, eres un demonio, se me hacía raro que fueras excepcional, ni los más grandes guerreros que conocí eran así, pero ahora todo tiene sentido, eres un demonio e incluso uno femenino.

En el país de Alzreic existía un vasto conocimiento sobre monstruos y demonios, pero en todos los relatos que leía no encontraba muchos de ellos siendo femeninos, pero los pocos que encontraba resultaban ser los demonios más engañosos y también los más crueles, dotadas de una inteligencia y astucia sin igual eran seres de los que tener extremo cuidado, Alzreic sabía bien que tenía que ser muy precavido.

Al escuchar eso ella quedó impresionada por lo que sabía Alzreic, ahora tenía una impresión distinta de aquel inútil joven.

-Veo que incluso alguien como tú posee algo de conocimiento sobre demonios, ya comenzaba a pensar que eras solo otro idiota más.

La mujer se burlaba completamente de Alzreic, él no estaba en posición de refutar lo que ella decía, después de todo era verdad.

-Ya que eres mi presa, déjame preguntar por lo menos el nombre de la ofrenda necesaria para mi subsistencia, enuncia con orgullo el nombre del estúpido viajero frente a mí que se posa frente a mí.

-El nombre del estúpido viajero al que te refieres con ese tono tan arrogante es Alzreic, un simple idiota que lo perdió casi todo por un deseo que no recuerda, y tal parece que también perderá la vida.

Dio una respuesta llena de ironía, aunque, por supuesto, no tenía la más mínima intención de entregar su vida.

La actualmente denominada demonio no podía ocultar su regocijo, parecía que la charla le era entretenida. Ella acarició su cabello y el poco que tenía cubriéndole la frente fue reacomodado hacia un lado para dejarlo fuera de su vista, con esto dio a  entender que ya era tiempo de dejar las palabras.

En ese mismo momento el joven que sentía calor prontamente comenzó a sentir placer cerca de su zona pélvica.

Él tenía el rostro completamente rojo, muestra de un intenso placer, seguía sin comprender porque su cuerpo reaccionaba de esa forma, pero de nueva cuenta los ojos de esa mujer marcaban el mismo resplandor que antes y también parecía que ella se regocijaba de la situación frente a ella.

Alzreic estaba inundado en placer, sus piernas no reaccionaban a lo que él quería, su cuerpo lo estaba traicionando y la mujer sonreía con la situación frente a ella.

-Maldita ¿Que me has hecho?

-Estoy tomando tu vida por la fuerza.

-Pero ni siquiera me estas tocando.

-Eso es lo que tú piensas

Él sabía muy bien que tenía que hacer uso de su inteligencia y pensar en algo que le sirviera, pero lo que ella decía estaba fuera de su comprensión, además era un demonio, el sentido común humano era diferente del demoniaco, por eso no podía ignorar ninguna de sus palabras, tenía que tomarlas y verlas desde un punto diferente.

Era lo único que podía hacer, pero el placer que sentía no le dejaba pensar con claridad, la mujer estaba ganando incluso sin pelear.

Entre el placer y la necesidad de salir de esa situación no tuvo más remedio que con su misma espada hacer una perforación en su mano, dejando que el dolor se apoderara de él para escapar del placer de lo que lo mantenía al borde de la locura.

Cuando reabrió los ojos descubrió algo extraño, él parecía estar recostado en el suelo.
¿Sus ojos lo engañaban?
Eso no es posible, era lo que pensaba, pero notó que el dolor se había mitigado y el placer continuaba rondando su cuerpo, él miraba hacia el cielo y frente a sus ojos estaba la copa del árbol donde en un principio el comenzó a descansar.

-¿Pero qué….?

-Parece que ya has despertado.

Una voz femenina provenía de la zona donde él estaba sintiendo placer, fue en ese momento cuando Alzreic se dio cuenta que la mujer, la misma demonio con la que se había enfrentado momentos atrás estaba ahí, atacándolo.

Súbitamente reaccionó a la escena frente a él y se dio cuenta que el demonio frente a él era en realidad un súcubo.

Ahora entendía claramente porque decía que le quitaría la vida sin lastimarlo, y que la frase de tomar su vida por la fuerza era realmente una ilusión forzada.

Alzreic sabía que los súcubos no eran demonios fuertes, pero engañaban a los sentidos, se enfocaban en las ilusiones y el manejo de las necesidades primitivas humanas.

Esta vez tomó la espada correctamente y apunto al cuello del súcubo, ahora Alzreic tenía el mando.

Lo ideal era asesinarla en el acto, pero tampoco podía darse el lujo de hacerlo, el recordaba que los demonios de los libros que leía eran muy engañosos y muchos dejaban maldiciones justo antes de morir.

Estaba nervioso, no sabía que iba a pasar.

-Bueno, me tienes, ahora ¿Qué piensas hacer conmigo? ¿Quieres que continúe?

-¡No! Definitivamente no, no pienso caer en las tentaciones de un demonio.

-*Suspiro* Sabes, sentir el mejor placer del mundo a cambio de tu vida ¿Acaso no es la mejor oferta?

-Poco antes tuve  una oferta similar y me estoy arrepintiendo de ello, no creo caer de nuevo.

-Bueno, es una lastima

El aire comenzó a enfriarse, la tensión de aquel sitio ahora alta, los ojos de la que era una bella mujer resplandecieron en una amarillenta luz y dejaron aturdido al joven que los miró fijamente.

Despertó de su estado de aturdimiento solo para darse cuenta que aquella mujer ya no se encontraba frente a él.

-Parece que fui engañado…

Volver a dormir sería muy estúpido de su parte, no tenía más remedio que continuar su camino, caminar de noche seguro es peligroso, pero ahora  no estaba seguro en ningún sitio, realmente necesitaba pasar la noche en algún asentamiento humano.

La noche progresaba y aquel bosque comenzaba a mostrar neblina muy espesa, continuar caminando solo haría que se desorientara, ya no podía hacer más.

El cansancio, el estrés y el frío lo estaban acribillando por todos lados, sus nervios no podrían soportar por mucho más tiempo ese estado, él sabía que debía descansar pero no tenía donde.

*susurros*

El bosque de noche era engañoso, voces se oían de todos lados, casi como si los arboles le hablaran, Alzreic se sentía mareado, quería pensar que todo eran solo sus alucinaciones, pero eran susurros tan reales que le estaban haciendo perder la poca cordura que le quedaba.

-*susurro* Ven aquí

Seductoras voces lo llamaban desde lo lejano.

-*susurro* Descansa viajero

Las voces lo incitaban a dormir, la neblina a su alrededor parecía tomar figuras similares a personas pero al momento de ser tocados estos se dispersaban, todo parecía irreal, Alzreic no sabía qué hacer en este momento.

-*Susurro* Muere

Alzreic tosió sangre, algo lo había dañado, pero no había nada que pareciera hacerle daño.

-¿Acaso es la neblina?

*Risas*

Ya no sabía que pasaba, su nivel de estrés ahora había aumentado más, su sentido de alerta le decía que era peligroso seguir ahí, tenía que esconderse y sobrevivir.

Alzreic corrió sin rumbo, corrió hacia donde sus piernas lo llevaran, ya no le importa siquiera regresar a la entrada, solo quería salir del bosque.

Mientras corría cayó a un agujero, un muy profundo agujero lo había tragado, Alzreic no lo vio, la espesa neblina no lo hacía ver siquiera lo que estaba frente a él ¿Cómo podría haber visto aquel agujero? No podría incluso si quisiera, no mientras tuviera ojos humanos, ese era su defecto.

Alzreic cayó desde una gran altura, se había desmayado por el impacto por lo que no sabía lo que había pasado.

No era consciente de que en ese sitio se encontraba algo que cambiaría mucho su manera de pensar.

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