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Escrito por: Unknown 30/11/16

-Bien, ya hemos llegado inútil Ex-Humano.

El joven que caminaba detrás de aquella rara mujer miró con disgusto hacia donde había dicho esa frase a lo que replicó.

-…No tenías que decirlo de forma tan grosera.

Alzreic bajó la cabeza después de decir eso, sintiéndose incomodo.

Segundos después dijo algo en un volumen casi inaudible.

-…y gracias por guiarme.

Parecía titubear, en su rostro se notaba que tenía sentimientos mezclados al no entender si todo lo que había hecho la mujer a su lado era realmente bueno, todo se debía a que por culpa de sus acciones ahora no recuerda el motivo inicial por el que comenzó su viaje a este sitio.

-¡Ah! Es cierto, se me olvidaba.

Charlotte se adelantó un poco y luego volteó quedando frente al Joven Alzreic.

Se quitó la capucha que cubría su rostro dejando asomar una piel de apariencia joven y saludable.

Su cabello era de un hermoso color cobrizo semi-ondulado, sus ojos eran de un color Esmeralda tan puro y cristalino que le robaría el aliento a cualquiera que los mirase, casi como si fuera alguna clase de encantamiento que los sedujera e inmovilizara.

La mirada del joven veía con detalle ese hermoso rostro y sus finos detalles, quedando completamente embelesado por la belleza que se encontraba frente a él.

Después de un corto lapso de tiempo ella sonrió hacia el joven que seguía mirándola fijamente casi como alguien que había olvidado siquiera respirar, a la mujer que se había quitado la capucha y esta mujer pronuncio unas palabras que no llegaron al oído de nadie.

La vista del joven se tornaba oscura  y turbia, le pesaba el cuerpo casi como si tuviera un cansancio acumulado por años, su cuerpo no reaccionaba y poco después ella chasqueó los dedos haciendo que en el joven callera al suelo.

-…Tal parece que aquí comienza nuestro viaje.

Dijo Charlotte para ella misma mientras sonreía mirando el cuerpo dormido del joven guerrero.

…………………………………………………………………………………………………………

Alzreic despertó súbitamente después de un corto sueño, entre confundido y desorientado lo único que sabía es que ahora se encontraba en el interior de una muy oscura cueva, un lugar tan oscuro que ni siquiera podía reconocer su propia mano.

-¿Pero qué diablos pasa con este sitio? ¿Acaso fue un sueño raro? ¿No se suponía que me había ido a lo profundo del bosque?

El joven estaba conmocionado por tantas cosas, todas ellas le martillaban en la cabeza y poco después recordó la cara de la mujer que chasqueó los dedos, quedando de nuevo absorto con semejante belleza.

El tiempo pasaba y el seguía estúpidamente en su propio mundo, así fue hasta que un gota de agua lo despertó.

-Cierto, primero debo salir de esta cueva.

Alzreic durante algunos minutos estuvo caminando y tropezando con las rocas en el interior de esa cueva hasta que encontró una pequeña iluminación, entonces rápidamente se apresuró para llegar a lo que aparentemente sería la salida.

Con pasos apresurados llegó finalmente a la salida de la cueva, ciegamente tenía la esperanza de ver un valle que se extendiera hacia el horizonte… pero la escena frente a él era devastadora, la vista del sitio era un pútrido cementerio.

Descrito como un enorme y oscuro sitio era lo más acertado, adornado con lapidas por todos lados, cuervos y criaturas desmembradas hacían hincapié en que no era un sitio agradable para visitar, Alzreic volteó hacia la cueva para ver que solo era un agujero dentro de un gran muro de rocas y tierra, alzando muy en lo alto el bosque de donde él había llegado.

Aquella muralla natural estaba completamente empinada, escalarlo era casi imposible, la enorme altura que iba más allá de los 10m y la afiladas piedras hacían que fuera difícil siquiera intentar llegar alto, además de que había pequeñas bestias que aparentemente esperaban un descuido para lanzarse al ataque, lo peor de todo era que esa enorme muralla se extendía hacia ambos lados hasta donde el ojo podía ver, haciéndolo realmente imposible de escalar o rodear.

-Ya veo, un camino sin retorno, tal vez por eso ella era muy insistente al respecto, en todo caso solo tengo que continuar, pero ahora que estoy aquí solo me queda buscar la razón por la que vine en primer lugar. Aunque… se siente un poco estúpido el perder el motivo con el que vine para arriesgar mi vida.

Alzreic parecía decidido pues no quería rendirse tan fácilmente.

Contrario a su determinación el aspecto sombrío del cementerio le gritaba que se rindiese en su avance.

-Este lugar da una sensación de que me quiere quitar el alma.

Por donde él caminaba había tumbas de concreto con la tapa abierta, Alzreic sentía que eso era muy extraño y de muy mal gusto, pero seguido de su inquietud vio como una mano sin carne comenzó a sostener el resto de una criatura cuyo cuerpo estaba en estado de putrefacción.

*caw* *caw*

Los cuervos de los alrededores comenzaron a graznar y junto con ello un frio indescriptible recorrió toda su espalda.

Varios ruidos extraños comenzaron a sonar por todo el lugar. Para cuando se dio cuenta cientos de esqueletos y cuerpos a punto de podrirse se habían levantado, un olor muy fuerte a sangre y carne podrida rodeaba la zona haciendo que sintiera asco, Alzreic quería correr inmediatamente pero una mano le impedía su avance, los huesos salían debajo de la tierra y no tenía claras intenciones de salir de allí.

-No podía ser peor

Reaccionando a sus palabras de mal augurio todos los cadáveres comenzaron a recoger armas del suelo, como si la diosa de la suerte se estuviera burlando de él, de un inepto humano.

Tanto espadas como arcos, así como hachas y variedad de armas se encontraban en manos de un ejército que no moriría.

Los animales carroñeros de la zona comenzaron a acercarse por el jugoso olor de la muerte.

Las bestias tenían aspecto de lobos casi alcanzando el tamaño de un adulto y en algunas partes de sus cuerpos se asomaban huesos,
justamente como los cadáveres frente a él, como si estos mismos animales también estuvieran a un paso de la muerte.

Alzreic solo podía sonreír irónicamente con la situación que se presentaba frente a él, no podía hacer nada más que observar y tratar de sobrevivir.

Con miedo tomó una postura familiar a la de un espadachín y coloco su mano derecha en su cintura pero ahí no se encontraba nada.

-¡Maldición!

Recordó que para cumplir con su viaje el renuncio a todo, y eso incluía también su pertenencia más preciada.

En ese momento él se dio cuenta debido a la reacción de no tener su espada.

-Momento… ¿No había perdido mi memoria?

Él no lo había notado hasta ese momento, pero tenía razón, se suponía que había perdido todo de él, incluido la memoria o por lo menos eso pensaba que había hecho esa mujer, la pregunta era ¿porque recordaba cosas como su postura de combate?

-¡Ja! Al final todo era un sueño.

-Cálmate idiota, no fue un sueño, me estoy comenzando a preguntar porque te ayudé.

La voz resonaba  internamente, Alzreic estaba confundido.

-Primero, deberías intentar salir de esto antes de siquiera pensar porque escuchas mi voz.

-Así que es de esa forma… tal parece que “perder la humanidad” se estaba refiriendo a renunciar a mi propia existencia y no a perder mis recuerdos…o eso es lo que creo, aunque tienes razón con que este no es un buen momento para reflexionar ese tipo de cosas.

Esa era la conclusión a la que había llegado, pero la verdad era incierta, solo la mujer que le pidió renunciar a su humanidad era la única que podía decir si su respuesta era correcta, Charlotte o el futuro incierto que se asomaba eran los únicos calificados.

Mientras se devolvía a la realidad casi milagrosamente reaccionó instintivamente al golpe que por poco le cercena la cabeza, lo pudo evadir hacia su derecha por un margen tan corto que ni él creía seguir vivo, lo que lo había atacado era un cadáver con ropas de bandido, el portaba 2 espadas gemelas curvas y en ellas se reflejaba un gran filo.

En cuanto las esquivó un dolor se comenzó a expandir en su costado derecho, hacia el mismo lado donde se había balanceado, cuando volteo vio a un cadáver con una oscura capucha, y lo que tenía enterrado era una daga dentada.

Un agudo dolor junto con un insoportable ardor se apoderó de su cuerpo, el calor comenzó a recorrer sus entrañas haciendo énfasis en que la daga parecía estar envenenada.

Con mucho esfuerzo, mientras apretaba los dientes aguantando el dolor, agarró al cadáver que lo apuñalo para arrojarlo hacia la multitud.

Con el sobreesfuerzo e impulso que hizo se tambaleo en sentido contrario estampándose en el suelo con los brazos hacia su espalda para mitigar el golpe de la caída.

No podía levantarse, la caída lo había dejado más mal que al inicio por lo que comenzó a arrastrar su cuerpo con sus manos hasta que algo lo cortó, en cuanto giró su cabeza para ver lo que lo había lastimado se asombró al encontrar un viejo y sucio espadón oxidado.

De esa forma el joven dio una nueva sonrisa, pero ahora una llena de determinación.

-Al parecer es hora de abrir un camino.

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