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Escrito por: Unknown 2/12/16

-Al parecer es hora de abrir un camino.

Es lo que Alzreic había dicho, pero la situación no le era muy favorable a su cuerpo.

El poseía un atlético cuerpo debido al entrenamiento arduo que se había sometido de joven, a pesar de ello su resistencia podría ser considerada muy baja o insuficiente para la cantidad de cadáveres con los que tenía que combatir.

El joven sonreía sarcásticamente contra la situación donde se encontraba, no tenía más opciones que luchar o dejarse matar, pero al parecer esta última idea no le agradaba.

Él no se permitiría morir sin primero saber la razón por la que se sacrificaba en primer lugar.
Tomó la espada con una mano y se dispuso a correr de frente a los enemigos pero había algo que lo detenía, el espadón era un objeto tan pesado que con su actual fuerza solo podía arrastrarlo, esto retrasaba sus movimientos, aquella gran arma que había encontrado antes resultaba no ser tan eficaz.

-Maldita sea, aparte de viejo y oxidado este estúpido espadón es muy pesado.

El joven maldecía su suerte por haber encontrado tan inútil objeto, pero no tenía más opción que tomar el espadón con ambas manos e intentar atacar con todas sus fuerzas.

El espadón apenas se podía levantar por encima de su estómago lo que no era una muy buena altura,  a pesar de ello Alzreic no podía decir mucho debido a que es la primera vez que sostiene un espadón, en realidad no sabía si era muy pesado o si en todo caso él era muy débil.

No tardó mucho tiempo para que entendiera la cantidad de fuerza aproximada que se necesitaba para levantar el arma, con ello no bastó más que unos minutos para que más de 20 cadáveres terminaran despedazados.

Con todo su espíritu en la batalla el joven continuaba luchando pero al final de todo solo era un simple humano, tal y como había dicho Charlotte, el tiempo le comenzó a cobrar factura haciendo que poco a poco se le notara el cansancio, lo que él hacia no era nada fácil, pues aunque destruyera los cuerpos estos volvían a ponerse de pie, estaba solo y luchaba contra un ejército inmortal, decir que su muerte era inminente sería lo más correcto.

A lo lejos, de entre los cadáveres que había destrozado, pudo observar algo que parecía brillar, inmediatamente soltó aquel pesado espadón y se dispuso a correr con toda la potencia que su cuerpo le permitía, tenía la esperanza de que fuera una espada más ligera.

Lo que encontró fue un escudo.

Alzreic tomó el escudo a regañadientes con ambos brazos de tal manera que parecía una coraza que él esperaba lo  protegiera del daño.

Con una mezcla de miedo y valentía se abalanzó hacia el centenar de cuerpos que lo perseguían para intentar abrirse paso, solo quería escapar de aquel sitio.

La meta de buscar un arma más eficaz y ligera había pasado rápidamente a segundo plano, vivir era más importante.

Mientras avanzaba se dedicaba a esquivar los ataques furtivos que se lanzaban sobre él, era muy cansado hacer tantas cosas al mismo tiempo, pero por lo menos la situación no era tan mala, los cadáveres eran lentos a comparación de él, pero la cantidad ridícula de enemigos lo hacía algo de temer.

En lo que estaba concentrado en la evasión se percató de una sensación que era similar a cuando la mujer del bosque lo apuñalo.

El ritmo en que se desplazaba era algo inusual, pero la velocidad en la que el arma se acercaba lo era aún más, el margen con el que logró esquivar era tan corto que vio claramente una filosa y brillante espada pasar frente a sus ojos, tal y como la que el necesitaba.

El joven no fue a la espada, la espada vino a él.
No sabía que sensación tener pero realmente le era gratificante encontrar una buena espada.

Con el escudo que portaba se dispuso a embestir hasta llegar al árbol donde quedó clavada la espada, con toda la fuerza que pudo golpeó con el filo del escudo el brazo del cadáver que intentaba recoger el arma, lo machacaba contra el árbol para así arrancarle el brazo, una vez hecho esto tomó la espada y se dispuso a pelear.

La valentía había vuelto a él.

Él luchaba y los cadáveres disminuían rápidamente, pero contrario a lo que había pasado anteriormente esta vez no se volvían a poner de pie.

La espada resplandecía con tanta gracia que no solo demostraba su belleza, sino que también su poder.

Ya pocos cadáveres estaban en pie.

De manera inexperta luchaba sin pensar mucho en su situación, no pensaba en por qué los cadáveres se movían.

Cuando terminó de cortar todos los cadáveres vio como estos pedazos de carne se unían para formar a un nuevo ser, casi como si le dijera que esto solo estaba comenzando.

Alzreic por fin se daba cuenta, eran cadáveres, seguramente alguien los estaba controlando, aunque no entendía porque se habían dejado de mover antes, se preguntaba si acaso era un atributo de la espada.

El joven despejó su mente, pensar en todo eso atrasaría sus movimientos, por lo que se susurró para sí mismo.

-Solo tengo que matar al que controla estos cadáveres.

Una duda pasaba por su mente, porque pensaba de esa forma, si lo que se decía era la nigromancia era algo que no existía, por lo menos en el reino donde vivía nunca vio el uso de tales artes oscuras.

El joven volteó a observar su alrededor, se tomó su tiempo mientras los cadáveres seguían en proceso el proceso de reacomodarse, pero el joven no veía nada más que estos cadáveres.

Por esa razón lo más sabio en esta situación era una retirada táctica.

Alzreic seguía siendo un joven inexperto en materia de lucha, pero era muy agil además de ingenioso, por esa razón él pensó en huir de este lugar que parecía estarle dando la bienvenida a la muerte.

En su espalda llevaba su escudo y en su mano la espada, los cadáveres que lanzaban objetos no le afectaban y por ello el joven podía correr sin tantas preocupaciones, aunque ese escudo le daba la imagen de una tortuga huyendo.

El único lugar hacia donde podía ir era el lado contrario de donde había venido, el corría en esa dirección con la esperanza de tener una oportunidad de seguir viviendo.

Corría con todas su fuerzas, su meta era un puente colgante que estaba a unos 100 metros de su ubicación actual, el puente estaba al lado de una roca que tenía prisionero a un esqueleto enorme de similitud a un reptil, para ser más exactos, parecía ser de un dragón.

-Me tienes que estar jugando una broma, los dragones no existen.

Dijo mientras corría rápido, antes de que los cadáveres se acercaran al puente y lo derribaran por tanto peso.

Por donde él pasaba la tierra temblaba y se agrietaba dejando ver de esa forma a cadáveres de  criaturas feroces, el joven solo podía contener sus emociones respecto a esto mientras maldecía silenciosamente al que lo atormentaba de esa forma.

-Como no me di cuenta antes.

Con eso dicho el joven acelero aún más, por fin se había dado cuenta de algo que estaba ignorado todo este tiempo.

-Es-espera… no pasará ¿verdad?

Eso era más que evidente, si los cadáveres revivían también lo haría un esqueleto enorme de reptil.

Cuando Alzreic pasó al lado de dicho esqueleto comenzó a temblar aún más fuerte que antes, se podía sentir el miedo y el resentimiento de la muerte en toda esa zona.

El esqueleto de dragón estaba gruñendo.

Con una fuerza abrumadora el dragón gruñía haciendo que el sitio retumbara con tal sonido.

La roca que lo mantenía prisionero poco a poco mostraba signos de rendición ante el poder de aquel residuo de dragón.

Alzreic estaba ya terminando de cruzar el puente, volteó para saber la situación en la que estaba y vio el esqueleto de dragón caminando hacia él, el puente no oponía mucha resistencia y se tambaleaba con el caminar del dragón.

No podía mantener mucho su equilibrio así que con tenacidad se aferró al puente y comenzó a correr mientras se mantenía lo más sujeto posible.

Ya había cruzado con éxito el puente, lo único que le faltaba era enfrentar al esqueleto que lo perseguía, pero más que una lucha sería una masacre unilateral.

Alzreic sin una pizca de duda procedió a cortar lo que mantenía unido al puente.

Pero el dragón no se rendiría fácilmente, o por lo menos eso era lo que el joven pensaba, sin embargo eran solo huesos, no podía volar por mucho que quisiera.

De esa forma Alzreic vio partir los huesos junto con los cadáveres de antes hacia un profundo y muy oscuro precipicio, aunque la palabra más correcta seria llamarlo un abismo.

El joven, se dio la vuelta para contemplar que a los lejos solo había planicie y un poco más a lo lejos la entrada a un bosque.

Poco después se percató de un pequeño pedazo de madera colgado a modo de aviso.

Alzreic se acercó solo para leer el contenido y al culminar sonrió de manera forzada hacia el contenido.

-“Felicidades por haber llegado hasta acá, por favor deje una marca”

Sonaba como un mal chiste.

-Veamos, las marcas son… cero tal como me imaginaba. Realmente no creo que alguien sobreviva a eso, por lo menos yo tuve suerte de salir corriendo a tiempo.

De esa forma, con la espada que tenía en la mano grabó una pequeña marca, ahora el aviso tenía como registro 1 sobreviviente.

El joven se alejó del aviso a un paso poco acelerado, sus preocupaciones se habían ido después de escapar con éxito.

……………………………………………………………………

Pasaron unas horas de caminata y el joven estaba cansado.

¿Cuánto tiempo tenía desde la última vez que descansó?

Cuando lo pensó un poco se notaba que estaba algo confundido, habían sido unas horas atrás pero no estaba seguro si llamar descanso a la vez en que se desmayó a causa de Charlotte.

Actualmente estaba dentro del bosque mientras anhelaba una villa, se sentía triste porque sabía que no encontraría una en la cercanía.

Era un poco obvio, no habría ningún asentamiento humano cerca de un sitio tan siniestro como ese, era lo que Alzreic tenía en su cabeza, estaba convencido de eso.

Pero si Alzreic no conseguía llegar a ninguna villa tenía que planear dormir a la intemperie.

-Seguro es un pequeño bosque, lo atravesare y conseguiré llegar a alguna posada.

Alzreic caminó con seguridad y se adentró aún más al bosque.

El tiempo pasaba y no había indicios de que el bosque tuviera fin, la noche poco a poco se asomaba hasta que Alzreic no tuvo más remedio que subir a un árbol y dormir sobre él.

De esa forma terminó el día del joven que llego a un sitio desconocido con un motivo incierto.

Mientras que el día de Alzreic terminaba para otros apenas comenzaba.

Como era el caso de lo que estuvo al acecho de Alzreic cuando el sol se ocultó, el joven no lo había notado, pero todo el tiempo estuvo cerca de él, casi pisando su sombra, la figura que lo observaba parecía encantada de la situación que estaba siendo servida.

La figura se regocijaba entre las ramas, casi como si no pudiera esperar por más tiempo, con mucha agilidad la sombra se movió colocándose ahora arriba del joven que estaba plácidamente disfrutando de su descanso.

-Se ve muy saludable, al parecer será una buena cena.

Dijo la figura sobre Alzreic.

Sintiendo la presión sobre su cuerpo Alzreic reaccionó y despertó diciendo:

-¿Quién eres tú y que quieres de mí?

Dijo mientras ponía una pose de batalla y buscaba con cautela su espada, pero el joven nunca pensó en la posibilidad de que…

-¿Acaso buscas esto?

Dijo la figura mientras sostenía la espada de Alzreic, poniendo en evidencia que Alzreic no pensó en esa posibilidad.

La figura sobre Alzreic solo mostraba una aparente sonrisa, la oscuridad de la noche junto con el denso bosque no mostraba signos de su apariencia, por lo que Alzreic imagino que era un demonio o algo similar a las bestias que lo habían atacado, pero por su habladuría era una bestia inteligente.

-No te alarmes humano, lo que quiero es solo algo pequeño, no te hare daño, así que pacientemente entrégame tu vida.

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